casa vega forero
Mis cuentos
viernes, 7 de febrero de 2020
sábado, 1 de diciembre de 2018
POEMA MEDIEVAL MOLTO ANÓNIMO.
Propio de cabalguez,
y además, escrito al revés,
y además, escrito al revés,
de soldado, con viva rudez,
y de juglar, con sobria
romantiquez.
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Oh!, amada Renatta,
cabalgo lontananza per la
campiña,
e chento forte movimento intestinale,
oh!, amada Renatta;
bajo cabargatta, bajo pantaloni,
e falsa alarmatta, oh!, amada Renatta;
subo pantaloni, subo cabargatta,
ma en rauda carreratta,
oh!, amada Renatta,
chento novo movimento intestinale;
bajo cabargatta, bajo pantaloni,
e natta, oh!, amada Renatta;
subo pantaloni, subo cabargatta,
e prechicho, la cagatta,
oh!, amada Renatta.
sábado, 30 de diciembre de 2017
TESTIGO POSTMORTEM
Introdujo presurosa el cuerpo sin vida y aun tibio en el baúl de su auto y se dirigió en veloz carrera al hospital.
La brigada
policial que acudió de inmediato al llamado telefónico urgente de la mujer, solo encuentra sobre el piso del garaje, abierto de par en par, un
hilo de sangre que empieza cerca de un casquillo de proyectil y conduce, a
pocos pasos, a ninguna parte.
Otro
vehículo, instantes después de la detonación, emprende huida amparado en la
oscuridad de la noche, mezclado en el ya escaso tránsito citadino hacia un bar
de los suburbios, donde sus ocupantes habrían de celebrar el crimen perfecto.
Perfecto
durante un día.
El enfermero
conduce con visible agitación la camilla con el
cuerpo inerte por los pasillos hacia la sala quirúrgica, no por el
apremio de salvar una vida sino intimidado por un misterioso afán concentrado en el dedo de la dama bajo el abrigo, convertido en el cañón de
un revolver.
El asesino,
quien planeó meticulosamente con su cómplice el crimen y esperó hasta el
momento oportuno, no salía de su asombro al ver su retrato hablado, no
cualquier bosquejo policial, sino “su” retrato verdadero, plasmado en las
pantallas de la tv y los periódicos locales ¿Que salió tan mal?
El cirujano,
todo para él inexplicable, no logró entender en qué momento él mismo se sintió
culpable de las nefastas consecuencias del crimen, y muy a su pesar profesional
tuvo que acceder a regañadientes a la obstinada petición de la mujer.
Fue así como
una vez recuperada de la anestesia de la primera etapa del procedimiento, solicitó desde su camilla la
presencia del dibujante criminalístico para hacer la más precisa descripción
del rostro de quien oprimió vilmente el gatillo, pocas horas antes.
No pasó
mucho tiempo de cometido el asesinato, cuando ya comparecían ante el juez el
homicida y su secuaz, enfrentando larga condena.
“Sírvase
explicar amplia y detalladamente, pregunta el juez subrayando cada palabra y
sin quitar sus ojos de encima de la testigo, la razón por la cual trasladó al hospital
el cuerpo sin vida y qué tipo de operación obligó al equipo médico que le practicaran”.
La mujer, aún
convaleciente, se limitó a entregar copia de su historia clínica al secretario,
al momento en que llamaba al cirujano
para expresar su agradecimiento por el trasplante en su cuerpo y posterior retiro del riñón de
su marido, trabajo sin el cual el crimen habría quedado en absoluta impunidad.
Nota: La temática de este cuento no es producto de la imaginación. Paul Pearsall reporta el caso de la paciente preadolescente de trasplante de corazón, quien al despertar de la anestesia decía con insistencia: “yo sé quién mató al dueño de mi corazón”. Su familia contó esto como una anécdota a la trabajadora social del Hospital en Hawái, quien conocedora de las circunstancias de la muerte del donante, alertó a la policía, por lo que no tuvo dificultades en hallar al culpable luego que la niña señalara con su dedo al asesino en la baraja de fotografías de sospechosos puesta a su disposición.
Nota: La temática de este cuento no es producto de la imaginación. Paul Pearsall reporta el caso de la paciente preadolescente de trasplante de corazón, quien al despertar de la anestesia decía con insistencia: “yo sé quién mató al dueño de mi corazón”. Su familia contó esto como una anécdota a la trabajadora social del Hospital en Hawái, quien conocedora de las circunstancias de la muerte del donante, alertó a la policía, por lo que no tuvo dificultades en hallar al culpable luego que la niña señalara con su dedo al asesino en la baraja de fotografías de sospechosos puesta a su disposición.
jueves, 14 de diciembre de 2017
EL TRASPLANTE
Este cuento
salió poco antes que el equipo Canavero-Xioping planearan realizar el trasplante de
cabeza, y se refiere a un nuevo paradigma insospechado que podría ser
descubierto si el paciente logra sobrevivir para contarlo. ¿Ficción? Es probable que no
I Parte
Después del
partido de fútbol, Igor, de abombado rostro asiático, tomó la decisión más dramática de su vida. No quería
estar cuadripléjico ni un minuto más, y soñando meter ese gol que acababa de
ver, tomó su celular y llamó al hospital.
No fueron
necesarias más explicaciones. Igor aceptó en el quirófano todas las
consecuencias del procedimiento.
Mientras
tanto, al otro extremo de la ciudad, un marinero tomó la decisión más dramática de su
vida. No quería tolerar tal insolencia ni un minuto más, y creyendo resolver el asunto, tomó su pistola y le disparó en la frente.
No fueron
necesarias más investigaciones. El marinero aceptó en la comisaría todas las
consecuencias del crimen.
Igor y el
muerto se irían a encontrar en un momento de sus historias jamás pensado. Pero
lo más increíble estaba por ocurrir luego de cruzar sus vidas en un salto aún
desconocido por la ciencia.
En tortuoso
despertar de la anestesia, el paciente se incorporó lentamente y muy
atolondrado al borde de su cama. Se dirigió con paso tembloroso rumbo al lavabo
donde profirió un grito aterrador que hizo saltar en veloz carrera a la
enfermera. Allí lo encontró en un rictus de terror frente al espejo aferrándose
la cabeza con sus manos. Sus atinadas explicaciones sobre los efectos de la
cirugía, lo confundieron aún más.
Con pasos arrastrados y aun con la batola
levemente ensangrentada, se dirigió por el corredor hacia la puerta, y avanzó por
los andenes gritando como un loco para estupefacción de los cirujanos, pues no
se dirigía tras del gol soñado, sino emitiendo misteriosos alaridos guturales:
¡!! Yack, te encontraré…¡¡¡¡
II parte
II parte
Años después
tornó al bar de costumbre luego de purgar larga condena, con el propósito de
encontrar algún sentido para su triste vida. Y lo que más le importaba, su viejo
tormento en la soledad de la celda, era olvidar aquel
disparo en la frente.
En el otro
extremo de la ciudad, todos sus amigos extrañaban el entusiasmo de aquel chico inválido
cuyo nombre quedó impreso en un gran cartel: “Estadio de fútbol Igor”.
Pero lo
que más extrañaban no era que no volviera, sino que hubiese olvidado totalmente
su enorme pasión por los goles y por el contrario, se entregara como un
habitante más de la calle, repitiendo un nombre carente de todo significado.
Pero un día,
ese nombre adquirió significado.
Los clientes no salían de su asombro cuando aquel hombre de abrigo raído y amplia cicatriz alrededor de su cuello, irrumpió al bar abriendo la puerta con un puntapié que acalló súbitamente el bullicio, y luego de atisbar por unos instantes a su alrededor, se dirigió hacia la barra sin apartar la mirada sobre el solitario exconvicto, quien con ojos desorbitados le costó comprender el gesto de aquel abombado rostro asiático sobre el suyo, que al momento de hincar su índice en la frente le exclamó:
Los clientes no salían de su asombro cuando aquel hombre de abrigo raído y amplia cicatriz alrededor de su cuello, irrumpió al bar abriendo la puerta con un puntapié que acalló súbitamente el bullicio, y luego de atisbar por unos instantes a su alrededor, se dirigió hacia la barra sin apartar la mirada sobre el solitario exconvicto, quien con ojos desorbitados le costó comprender el gesto de aquel abombado rostro asiático sobre el suyo, que al momento de hincar su índice en la frente le exclamó:
¡Yack, ni usted es usted ni yo soy yo!
III parte
III parte
Nunca se
pudo recuperar del tremendo impacto que le significó ese inesperado momento. Nadie
más en el mundo sino el muerto fue testigo presencial de ese disparo. Tuvo la
certeza que su encuentro fue con el muerto viviente, y si era un hombre
solitario, ahora temía acercarse a nadie. En el bar le decían, Yack, el mudo.
En el otro
extremo de la ciudad, se ajustó la oscura bufanda al pasar frente al hospital y
se detuvo por un momento ante a la puerta por donde salió, años atrás,
portador una nueva vida que sintió distante.
Las calles
lo condujeron hacia un portal enmarcado por un gran cartel. Sintió el extraño
impulso de pasar bajo él y de repente estaba en la grama de un estadio de fútbol.
Siguiendo un instinto inexplicable, se despojó de su bufanda. Lenta y estudiadamente la
enrolló formando un gran nudo esférico y la colocó suavemente sobre la raya del
penalti al momento que oye la aclamación del público; ...¡!...Igor, Igor, Igor….¡¡¡…
No pudo más que emocionarse, y tomando impulso, su público se puso de pie y contuvo
la respiración. Se lanzó sobre el balón y con un disparo perfecto que le imprimió
vibración metálica, lo impulsó con tal efecto que formó en su trayectoria un
arco que atrapó las miradas y lentificó el tiempo, y en cámara lenta la
estupenda estirada del portero a duras penas le alcanzó para rasguñar la
superficie del esférico que siguió su glorioso camino, justo bajo el ángulo de
los postes, para abombar la red que produjo el gran estallido del estadio: ¡!!goooooooollllll,
gooooooollll¡¡¡.
Sintió que era real, no por la aclamación de su público sino
porque por primera vez en su nueva vida, se formó en su abombado rostro
asiático una amplia sonrisa de satisfacción.
Deshizo cuidadosamente
el nudo de la bufanda como en regreso de un misterioso mundo de maravilla.
Al
enrollarla en su cuello, como un sueño hecho realidad, tuvo la extraña impresión que no fue aquel disparo verdadero sino este disparo fantástico que lo llevó al fin de su vida, y tomó camino
por el nublado bosque, para nunca más regresar.
domingo, 19 de noviembre de 2017
MARCIANOS
Un marciano en forma
de roca que vive en medio del rojo desierto, envía una señal codificada a la base que se encuentra en el fondo de un pequeño cráter, mediante
golpeteos convertidos en ondas de vibración elástica irradiadas a través del
suelo:
“Solicito…”.
Esta señal, recibida y
procesada pocos segundos después, le fue contestada en igual medio de
comunicación:
“Continúa…”
…permiso…”
En idas y venidas de
estos mensajes acústicos sobre el terreno, al explorador marciano le fue
autorizado el permiso para dar cada paso en dirección hacia su hogar donde su
esposa, en forma de piedra pulida, lo espera ansiosa para la
cena.
Mi
amor, le dijo en tono muy preocupado al llegar, acabo de ver a la distancia
hace un instante unos rarísimos objetos en forma de taza con ruedas, lentes,
antenas y tenazas.
Ella,
incrédula, se asomó a la ventana al momento que vio oscurecer el día con la
sombra de una pala mecánica que enviaba a una estación aun mucho más distante
otra señal:
“Aló, Huston, no hemos visto signos de vida…”.
domingo, 14 de mayo de 2017
EL ESPEJO
Vagó por la calle atiborrada el suficiente tiempo como para percatarse que, aunque extraño en la ciudad, los rostros no le parecían ajenos, y en vez de divagar con su mente en asuntos todavía más extraños, se dio a la tarea de observar a los ojos a cada uno de los transeúntes, y, si bien nunca supo el nombre de ninguno, tuvo la extraña certeza de saber si habían o no, muerto.
Al día siguiente,
intrigado por la rara experiencia del día anterior, salió a la calle y,
ciertamente, pudo darse cuenta que aquel hombre que venía en dirección
contraria, no había muerto, aquel otro, recostado en un poste, tampoco había
muerto, y otro más allá que apenas sí pudo observar porque en ese momento
doblaba la esquina, tampoco había muerto.
Pero, pasmado de la veracidad de su poder
recientemente descubierto, no vio a alguien, ¡y supo que estaba muerto!, más
adelante, tampoco vio a otro, y también supo que estaba muerto, a otros tres que
no vio en sucesiva secuencia, ¡también estaban muertos!, pero el alma le volvió
al cuerpo al observar a un pobre hombre con su sombrero supino, que no estaba
muerto.
Ya con la respiración
calmada, quizás por la costumbre, al tercer día le fue mucho más fácil ejercer
su raro poder, y para aligerar las cosas se fue a la plaza de mercado donde, ya
mecánicamente sabía que si veía a alguien, no estaba muerto, y si no veía a
otro, es porque estaba muerto, raro evento que pudo constatar, una y otra vez.
Pero no se
puede guardar eternamente un secreto, y esta vez, luego de ver a muchos no
muertos y no ver a muchos muertos, quiso averiguar la razón de su extraño
poder, y se dirigió, como si supiera, al cementerio.
Rápidamente
localizó al guardián, quien, en ese preciso instante, abría una fosa.
LA REUNIÓN
Se reunieron de urgencia en alguna apartada y tranquila isla del pacífico los más importantes personajes del universo, y organizaron, para tal efecto, una mesa redonda alrededor de un pequeño agujero negro.
Llamaron a lista, según su ubicación en la tabla y
constatado el plenum expusieron el tema a tratar: la Tierra.
El Hidrógeno tomó la palabra y en tono solemne y
preocupado hizo un recuento del panorama universal, expresando que, una vez
revisados los planetas, soles, satélites, cometas y demás cuerpos celestes, y
que no obstante en algunos de ellos se detectan gigantescos volcanes que
revolucionaban totalmente el paisaje muy a menudo, así como otros emiten letales
rayos que no permiten que nadie se les acerque ni a miles años luz, y muchos
más lanzan gases infernales a discreción, aun así, unos y otros respetan sus
lugares asignados y, en general, no hay reportes de mayores daños.
Con la mirada inquisidora sobre el sabio Carbono que
escuchaba con atención el reporte suministrado por el secretario,
el Hierro, quien revela con bien articulada y potente voz que se ha detectado
la existencia de unos minúsculos y ridículos seres que por razones inexplicadas
se han propagado por este insignificante planeta que hasta el presente ha
pasado inadvertido (señalando con su dedo hacia el piso), tomándose
atribuciones de una peligrosidad nunca antes vista.
Ciertamente, replicó el Plomo en tono de protesta, han
abusado de mí como nunca antes había ocurrido, a lo que ripostó el Arsénico
denunciando que, en forma inaudita, parece que ellos mismos se proponen
desaparecer de la faz de tan minúscula roca.
Tomó la palabra el Uranio, que tiene fama de avezado
gladiador cósmico, para ofrecer, generando asombro general, su propia
existencia en el noble empeño de poner orden universal, fisionando su núcleo
para convertir de una vez por todas a este pequeño y ya peligroso corpúsculo
autodenominado La Tierra, en un hermoso y brillante anillo de arena multicolor
que gire alrededor de su sol, para beneplácito de todos.
En medio de un murmullo de aceptación general, dada la
gravedad de la denuncia, pidieron la palabra, dos connotados y sesudos
doctores, el Sodio y el Cloro, quienes, en estricta resonancia se expresan al
unísono, para exponer su moción de procedimiento en esta plenaria estelar, para
pedir un compás de espera para estos molestos animalillos bípedos, dado que se
han escuchado ciertos rumores que supuestamente pretenden aplacar los ánimos
entre ellos mismos.
El Hidrógeno, retomando el consenso general, acepta la
propuesta del sensato dúo, no obstante dejar sentada en el acta que si tal
intención no es más que más de lo mismo, llamará al servicio la noble oferta
del Uranio.
Una vez consignada fecha y hora del próximo cónclave,
se lanza la sesión al agujero de gusano para desaparecer en fulgurante
resplandor a la velocidad de la luz hacia sus respectivas moradas en el
firmamento.
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