domingo, 19 de noviembre de 2017

MARCIANOS



Un marciano en forma de roca que vive en medio del rojo desierto, envía una señal codificada a la base que se encuentra en el fondo de un pequeño cráter, mediante golpeteos convertidos en ondas de vibración elástica irradiadas a través del suelo:




“Solicito…”.

Esta señal, recibida y procesada pocos segundos después, le fue contestada en igual medio de comunicación: 

“Continúa…”

…permiso…”

En idas y venidas de estos mensajes acústicos sobre el terreno, al explorador marciano le fue autorizado el permiso para dar cada paso en dirección hacia su hogar donde su esposa, en forma de piedra pulida, lo espera ansiosa para la cena.

Mi amor, le dijo en tono muy preocupado al llegar, acabo de ver a la distancia hace un instante unos rarísimos objetos en forma de taza con ruedas, lentes, antenas y tenazas.




Ella, incrédula, se asomó a la ventana al momento que vio oscurecer el día con la sombra de una pala mecánica que enviaba a una estación aun mucho más distante otra señal:

“Aló, Huston, no hemos visto signos de vida…”.

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